Acabó el ciclo de vida de Galita, una linda perrita que mi hija Lissi recogió de la calle y que nos dio mucho amor y felicidad.
Era muy pilla la Galita. Estando en casa hacía que Dolly, otra perrita mas grande, volcara la basura para entonces ella ser la que escarbaba buscando comida. Y eso que le dábamos bastante comida y demás cosas que le gustaban. Pero tal parece que su vida nómada la llevó a tratar de almacenar cuanta comida pudiese encontrar.
Galita se llevaba bien con todo el mundo. Era muy sociable. No me acuerdo haberla visto ladrar a nadie con malas intenciones. Siempre dispuesta a conocer a los demás.
Muy atenta a todos en la casa. Siempre conocía donde estábamos todos. Pero cuando salían mi yerno y mi hija ella se acostaba en la puerta de entrada y no se movía de allí hasta que ellos regresaban. Era bien querida y quería muy bien.
Espero que Galita, donde esté, nos recuerde como la recordamos, con cariño y sin tristeza, porque nos hacía sentir muy bien.
Cuando alguien se va nos deja un vacío difícil de llenar. Recordaremos siempre a Galita como la buena amiga que fue de todos nosotros.
Gracias Galita por existir y habernos dado la posibilidad de conocerte.
Ten paz como la paz que nos diste.
Muchas gracias.
Amén.
Gracias Galita, que linda perrita. Te extrañarenos y tu recuerdo nos marca una sonrisa en el rostro, por lo linda que fuiste y así estarás en nuestra mente.