Allá por el año 1973-74 ya he contado cómo el Dr. Pedro Valdés me llevó a conocer el trabajo del Departamento de Neurociencias.

Enseguida conocí a la Dra. Thalía Harmony, una de las personas más inteligentes y decididas que he conocido en toda mi vida, y conociendo que yo estaba por terminar el segundo año de Matemática Pura sabía que no tenía formación biológica alguna.

Nunca me olvidaré que me miró con esos "ojillos inquisidores" que tiene y me dijo: "Para trabajar aquí deberás leer más de 5 artículos científicos en ingles al día" y me dio todas las facilidades para buscarlos yo y prestármelos. Incluso me dijo cómo suscribirme para recibir revistas científicas hasta en ruso traducidas al inglés, y otras publicaciones de matemática y programación.

También me dio un libro de Fisiología Médica del autor Dr. Guyton, y un libro de Neurociencias Funcionales de los autores Dres. Estrada y Pérez, los que iban desde Neuroanatomía hasta la Neurofisiología. Hasta un libro de Sexología Médica.

Estando ya ocupando una plaza de estudio-trabajo me envió a estudiar semestres de la escuela de medicina, en los cuales realmente no me fue muy bien. Nunca fui dado a estar sentado en una clase tranquilo por horas y horas.

Como el sábado solo se trabajaba por cuatro horas éstas se dedicaban a reuniones y presentaciones científicas, discusiones de proyectos y demás. Pues Thalía me dijo "estudia los artículos que selecciones para cada semana, al menos 25, y el sábado podremos ver si los has asimilado".

Tuve suerte porque casi nunca me preguntaron... Ji Ji Ji.

Y así fue el recibimiento y seguimiento de mi entrenamiento en Neurociencias de la Dra. Thalia Harmony.

Las matemáticas y la programación quedaron a aprender por mi cuenta y riesgo. Yo decidía qué estudiar. Claro que tuve al Dr. Pedro Valdés cerca.

En otro artículo describiré cómo en esos primeros años aprendí otras partes de las Neurociencias, el trabajo de laboratorio, la Neuro Bioquímica, y demás.

Octavio Báez Hidalgo.