Una tarde de las tantas en que los programas que desarrollamos se demoraban horas e incluso días en dar resultados, estábamos reunidos varios compañeros cerca de nuestra computadora y salió a colación el tema de los robots.

Unos hablábamos de la distancia entre el ser humano y la automatización de los procesos por las computadoras, la que por cierto se mantiene actualmente, otros del propio desarrollo de las Neurociencias, otros el desarrollo de las matemáticas y de la propia computación, en fin, casi cualquier tema cabía en la conversación.

Imaginamos un futuro, cada uno a su manera, donde la computación, ahora llamada "informática" penetrase todo el ámbito del quehacer humano, incluso supliendo actividades propias y complejas como por ejemplo la conducción de autos, el control de procesos de fabricación, y otros muchos que es bien conocido que en mayor o menor grado luego de 50+ años ya se han conseguido y se consiguen.

Y entonces caímos en el tema clásico de los robots, que si podían ser humanoides, que si mecánicos, que si podrían efectuar tareas y entonces relegar a los humanos de muchas actividades laborales, pero sobre todo conversábamos sobre los "mecanismos" internos que tendrían, la llamada "inteligencia artificial", donde yo siempre recalcaba lo de "artificial" y nunca "inteligencia a la humana" lo que por cierto se mantiene hasta el día de hoy, ya que nada de lo desarrollado incluso a través de teorías matemáticas se parece ni siquiera se asemeja a una "neurona de verdad" y muchos menos a su forma de comunicación a través de la sinapsis.

Por cierto, he presenciado muchas disertaciones de físico matemáticos donde empiezan con algo así "aquí tenemos una neurona", y "aquí vemos los enlaces neuronales" y yo solo veo en pantalla líneas y círculos. Vaya, que al parecer ninguno conoce realmente a las "neuronas biológicas" reales y trabajando en toda la red cerebral y corporal. Ni se acercan.

Al final, luego de horas conversando, un matemático llamado Luis nos dice con mucho aplomo: "Allá ustedes que no lo han hecho todavía porque ya yo hice a los míos y puedo decirles cómo hacerlos ustedes también" refiriéndose a los robots, el tema de conversación.

Nos quedamos perplejos e incrédulos, nos miramos los unos a los otros pensando "Luis se ha vuelto loco", y entonces nos espetó a la cara: "Tengan hijos como yo, que ya tengo dos".

¡Crean que las carcajadas que echamos llegaron hasta la luna!

Y así conversábamos sobre robots en 1977...

Octavio Báez Hidalgo.

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